Durante esta etapa, las personas crecen y maduran rápidamente. Estos cambios suelen comenzar a la edad de los once años en las mujeres y sobre los trece en los varones. Estos jóvenes pueden ser ya físicamente tan grandes como sus padres y serán capaces de tener hijos propios, pero cada adolescente se desarrolla a una velocidad diferente.
A la vez que se esfuerzan por ser más independientes, los adolescentes desean intentar nuevas cosas, pero cuando se encuentran en dificultades pueden reconocer que tienen poca experiencia para retroceder.
Pueden surgir varios problemas o complicaciones en la adolescencia:
Problemas emocionales: cuatro de cada diez adolescentes en algún momento se han sentido tan tristes que han llorado y han deseado alejarse de todo y de todos. Estos frecuentes sentimientos pueden dar lugar a un estado depresivo que puede no ser evidente para los demás.
Problemas sexuales: Los dramáticos cambios físicos de la adolescencia pueden llegar a ser muy preocupantes para algunos adolescentes. Más de la mitad de los adolescentes tendrán su primera experiencia sexual completa antes de los 16 años. Aquellos que comienzan tempranamente con relaciones sexuales tienen un mayor riesgo de embarazos no deseados y de problemas de salud.
Problemas conductuales: Los adolescentes y sus padres suelen quejarse cada uno de la conducta del otro. Los desacuerdos son frecuentes, ya que la persona joven lucha por forjar una identidad independiente. La situación puede alcanzar un punto en el que los padres realmente pierdan el control, no sabiendo dónde están sus hijos, quiénes son ellos o qué les está pasando.
Problemas escolares:Los adolescentes que rechazan ir al colegio con frecuencia tienen dificultades en separarse de sus padres. Ante un adolescente que no desea ir al colegio es necesario comprobar la posibilidad de que esté siendo acosado por alguno de sus compañeros. Los problemas emocionales con frecuencia afectan el rendimiento escolar.
Problemas con la ley: La mayoría de la gente joven no viola la ley y aquellos que lo hacen son generalmente varones. Las ofensas repetidas pueden reflejar una cultura familiar, o ser resultado de la infelicidad o del malestar emocional.
Problemas de alimentación: . Si son criticados o se ríen de su aspecto físico pueden disgustarse consigo mismos y llegar a deprimirse de forma significativa, estableciéndose un círculo vicioso, ellos hacen poco y comen para sentirse mejor, pero esto sólo hace que el problema del peso empeore.
Drogas, pegamentos y alcohol: La mayoría de los adolescentes no usa drogas, ni inhala pegamento, y la mayoría de los que lo hace no irá más allá de experimentar ocasionalmente con ellos. La posibilidad del uso de cualquier tipo de droga debería ser considerada cuando los padres observen cambios repentinos y graves en la conducta de sus hijos.
Abuso: Los abusos sexuales, físicos y emocionales pueden dar lugar a muchos de los problemas mencionados con anterioridad. Las familias con estos problemas precisan de ayuda especializada además de consejo legal ya que muchas de estas conductas constituyen un delito que debe ser denunciado.
Aunque la adolescencia puede ser percibido como una época difícil, el proceso de maduración que implica puede dar lugar a cambios positivos en la persona que faciliten la superación de los problemas del pasado.
La mayoría de las dificultades en la adolescencia, por tanto, no son ni graves ni duraderas, aunque esto es de poco consuelo para aquellos que tienen que afrontarlas. Los padres pueden llegar a sentir que han fallado. Sin embargo, aunque pueda decirse cualquier cosa en el calor del momento, los padres todavía juegan un papel crucial en la vida de sus hijos.
En ocasiones, la familia o el adolescente se verán desbordados y precisarán de ayuda externa a la familia. Las preocupaciones sobre problemas con el desarrollo físico pueden ser discutidas con el médico de cabecera, quien también podrá ayudarle con los problemas emocionales.
MARINA SÁNCHEZ VIZUETE
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